miércoles, 11 de noviembre de 2009

Nosotros, los seres humanos:

En esos ratos en que una se pone a pensar o escucha cosas por ahí, salen reflexiones como estas. Muchas personas no pueden o no saben como expresarse abiertamente, con el diálogo, o piensan que si va a generar un problema, es mejor no decir nada.
Qué hace que las personas se sientan mal en algunas etapas de su vida y quieran volver atrás, donde encontraron ratos felices. Pero al volver atrás notan que las cosas no tienen el sabor de antaño y se sienten peor. Un ejemplo tonto: de chica, como postre tomaba vitina con leche. Era un no de mis postres favoritos. Al tener hijos, se los hice probar y a ninguno les gustó. Hace un tiempo, me había agarrado antojo de vitina, pero tenía en la boca el recuerdo del gusto de antaño. Grande fue mi sorpresa, al volver a probarla, que no tenía el mismo gusto de antes. O el cuerpo se acostumbra a comer otra cosa y cambia el gusto. No sé.. Mi perra Lisa, agradecida con el postre que le tocó comer.
A veces, en algún punto del camino las personas viven con dolor las etapas terminadas. Nuestra vida está llena de etapas: gatear, comer con la mano, andar en bici todo el día sin más preocupación que el momento vivido, el ser estudiante, el terminar la escuela primaria y llorar porque se acabó (y meses después una va de visita y se da cuenta que si bien el edificio y algunas maestras están ahí, el grupo y esa edad para compartirla se fue. Aunque te encuentres años después con tus compañeros no es lo mismo).
Etapas, etapas. El quemar etapas también trae problemas. Adolescentes que fueron padres muy jóvenes, pueden querer muchísimo a su hijo, pero no pueden darse con todo a él porque todavía no se terminaron de criar ellos. Luego el hijo empieza a crecer y “yo tengo que estudiar, nunca me voy a recibir, y yo también me tengo que divertir ¿Y yo cuando?. Algunas de esas parejas no resisten los embates que naturalmente trae la vida porque tuvieron sexo si cuidarse, y nació el bebé antes de saber si en realidad estábamos enamorados y una cosa lleva a la otra, y ahora no sé…
Y así, como los hijos siguen estando a pesar de los padres, uno se encuentra con chicos re bien vestidos y alimentados, pero con sus necesidades de cariño insatisfechas porque nadie tiene tiempo para ellos. Que mi vida, que mi carrera, que si tu papá me dejó por otra yo también tengo derecha a buscar a alguien… Y los chicos, que no pueden decir lo que les pasa, dibujan armas de fuego o cuchillos por todas las hojas, no escriben ni estudian porque total no hay nadie que les mire el cuaderno o les ponga límites, le pegan a medio mundo para sacarse la bronca o se educan con Tinelli (que sólo sería un programa gracioso si con ese niño lo ve un mayor que le va explicando la situación. Tampoco es prohibir, sino explicar.).
Esos padres, cuando son viejos, critican a sus hijos, que son desagradecidos, que no los visitan, que no les hablan. ¿De quienes aprendieron a ser así?
La vida es compleja y todo vuelve de alguna forma. Tampoco es dar por conveniencia. Pero a todo hay que dedicarle tiempo para que de un mejor fruto.
Como dice mi marido:”a vos no te gusta lo que cocinás porque no le ponés amor”. Chiste familiar.
A veces uno deja cosas de lado por la pareja o por la familia, pero puertas que se cierran hace que se abran otras. Los hijos llevan tiempo, noches sin dormir, enojos, peleas, pero cuando uno los ve grandes y valiéndose por si mismos o admirados por otros, la sonrisa y el orgullo se muestran solos.
Decisiones.
Esas decisiones hace que se termine la etapa de soltero, si se tienen hijos, se termina (por un largo tiempo) el derecho a dormir tranquilo. A veces los proyectos personales quedan congelados, pero no están terminados. A veces solo se necesita mirar para atrás, ver el camino recorrido y sacar conclusiones.
Muchas veces el trabajo que se tiene no da satisfacciones y es un martirio ir todos los días, porque trabajar, hay que trabajar. Estar en un lugar en donde uno no se siente respetado, escuchado o valorado no es fácil. Todos pasamos por esos momentos alguna vez. Pero hay que seguir caminado. Buscar maneras para estar mejor y seguir.
Ya termino, pero aclaro que no escribí soluciones, sólo opiniones. Las mías.
Ma. Gabriela Adell

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lunes, 9 de noviembre de 2009

Podría

Podría estar insensiblemente sentado
Podría estar comprometidamente trabajando
Podría estar cómodamente esperando
Podría estar desesperadamente buscando.

Pero estoy acá
Felizmente estando
Haciendo lo que posiblemente puedo
Lo que me mueve
Lo que me saca de la monotonía cotidiana
Tratando de hacer pensar a alguien
Que el cambio es posible.

Q. V.