jueves, 27 de agosto de 2009

MOMENTOS

Todos los días a las 7 y cuarto, la madre baja del baúl la silla de rueda, la despliega y baja a su hijo quien solo mueve muy poco los brazos, pero se ve que su cerebro funciona bien.
Lo lleva a la escuela secundaria que está frente a mi trabajo.
Los veo a través de la ventana. El chico, no tan chico,protesta, se pelea con el hermano, le dice cosas a la madre. Todo mientras la madre lo abraza para sacarlo del auto y sentarlo en la silla de ruedas.
Todos los días la madre lo debe depertar, vestirlo, darle el desayuno.
¡Y, los hijos exigen!
No recuerdo haberme preocupado si mis viejos tenian o no dinero para el colectivo cuando iba a la escuela. Claro ló tenía allí cuando me levantaba para irme.
Son cosas que a uno le vienen a la mente ahora a la distancia y cuando nuestros hijos exigen.
Tal vez estén para eso.
De todos modos siempre hay padres que hacen lo imposible para que sus hijos estudien o lo pasen lo mejor posible.
Es una tarea silenciosa, porque uno lo hace porque le sale de adentro, sin esperar nada.
Un reconocimiento a esa madre que todos los días a las 7 y cuarto despliega la silla, abraza a su hijo, lo sienta y lo lleva a la escuela y a todas aquellas que todos los días hacen lo mejor para sus hijos, sin esperar nada a cambio.
Sería lindo que algun día algunos les digan solo "gracias".
Chau.




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